“No era nada lo del ojo, y lo llevaba en la mano” por Eugenia Ruíz Sánchez retrata cuerpos en movimiento, rostros radiantes de alegría y momentos de introspección y vulnerabilidad revelan la complejidad emocional que subyace en la superficie del ocio juvenil. La búsqueda de identidad y conexión se sumerge en un universo de disociación y exaltación. 

A través de estas dos series que exploran lo de adentro y lo de afuera, la colección nos invita a reflexionar sobre la juventud como un estado de ánimo, un espacio de exploración y crecimiento. Las fronteras entre el yo y el otro, el espacio interno y el externo, se difumina.

Un testimonio de la esencia de la juventud que trasciende la edad y se convierte en un estado de espíritu.